Desde los años 80 diferentes organizaciones en la región han trabajado en telemedicina, pero su desarrollo ha sido limitado por la poca conectividad y desconocimiento general. Mientras que los casos de COVID-19 aumentan, esta herramienta avanza rápidamente para proteger a quienes son más vulnerables y descargar hospitales.

¿Qué es la telemedicina? 

Esta rama de la e-salud consiste en la prestación a distancia de servicios médicos. Aunque el video interactivo es la herramienta más común, la telemedicina abarca una amplia variedad de tecnologías de telecomunicaciones como:

  • monitorear remotamente las salas de emergencias
  • recordar a los pacientes que deben tomar sus medicamentos
  • proveer material educativo sobre una enfermedad
  • dar evaluaciones por llamada
  • chat en tiempo real 
  • emitir recetas selladas

Los beneficios de la telemedicina son amplios, ya que permite llegar a comunidades alejadas y desprovistas de atención médica. En Guatemala casi el 80% de los salubristas se sitúa en el área metropolitana, sobre todo los especialistas, 15% en las cabeceras departamentales, y solo 5% en los municipios rurales. En contraste, la telefonía móvil es el principal servicio de comunicación en el país. Un 80% de hogares cuentan con servicio telefónico. Este panorama no significa que Guatemala esté lista para adoptar totalmente la telemedicina porque la mayor parte de la población no tiene el ancho de banda necesario o teléfonos inteligentes. 

Otra ventaja es que baja los costos por consulta e incrementa la cantidad de pacientes que pueden ser atendidos. Para que sus beneficios sean apreciables en el país, el Internet debe ser económico. Según la Coalición de Acceso a Internet, un Giga no debería costar más del 2% del ingreso mensual promedio. En el caso de Guatemala cuesta el 4%. Esto nos hace uno de los países más caros en Latinoamérica en acceso a medios digitales. Con la correcta implementación de políticas públicas y la creación de nuevos protocolos de conectividad la telemedicina podría ser una respuesta a largo plazo para acercar a la población a los servicios de salud. 

 Beneficios en relación con el COVID 19

Aunque hay mucha desinformación sobre el COVID 19 y mitos de su relación con Internet, podemos asegurar que la telemedicina evita que el personal médico y los pacientes se expongan. Al mismo tiempo esta herramienta acompaña a los pacientes positivos. Así pueden quedarse en casa mientras reciben tratamiento para el virus. También los casos sospechosos pueden ser inspeccionados a la distancia. Como la persona no se debe mover, se evitan posibles contagios. Igualmente, pacientes que están en la mitad de un tratamiento no relacionado con el coronavirus, lo pueden continuar desde sus hogares.

Por otro lado, la productividad del personal de la salud se ha incrementado ya que las diferentes aplicaciones reducen el tiempo de consulta y eliminan el tiempo invertido en el tráfico. También permiten a los médicos estar en muchos lugares al mismo tiempo. Cynthia LeRouge, experta en telemedicina, explica que esta “agrega a la medicina tradicional y no la reemplaza”.

En los últimos meses se han dado pasos agigantados a nivel nacional en el campo de la telemedicina como consecuencia de la emergencia creada por el COVID-19. Algunos ejemplos de las nuevas aplicaciones son E-médica y Appdoctors, que pueden descargarse directamente al celular. Diferentes centros de salud también han implementado call centers, como el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) que está ofreciendo consultas telefónicas a todos sus beneficiarios por medio del número 1522. Otro ejemplo es  la Universidad San Carlos, que estableció el programa Telesalud. Este cuenta con dos números de teléfono: el 1592 para atender llamadas y el 44993028 para dar atención por medio de WhatsApp.

La telemedicina es para esta pandemia una respuesta ágil, necesaria e innovadora. La telemedicina ha cobrado fuerza en Guatemala y en otras regiones de América Latina porque sus beneficios han ayudado a desaturar los centros de salud y prevenir contagios. 

Referencias: