El hosting es un servicio muy importante, ya que es donde se aloja tu nombre de dominio y todo el contenido de una página web. Además, de este servicio dependen aspectos clave como la seguridad de tu sitio y el tiempo de carga. Según un estudio realizado en 2019 por Portent, un tiempo de carga de 0 a 4 segundos es mejor para las tasas de conversión y para lograrlo necesitas un hosting potente.
¿Qué es el hosting?
Un hosting es un servicio de alojamiento en línea que te permite publicar un sitio o aplicación web en Internet. Al obtener este servicio “alquilas” un espacio en un servidor que almacena todos los archivos y datos de tu de tu página web para que funcione. Tu proveedor de hosting es el responsable de mantener el servidor en funcionamiento, protegerlo de ataques maliciosos y transferir el contenido (textos, imágenes, videos, etc.) a los navegadores de tus visitantes.
Ya sea que tengas un blog personal o una tienda internacional, necesitas un servicio de hosting. Ya que cada empresa o persona tiene necesidades diferentes, existen varios tipos de hosting que se ajustan a las diferentes demandas. Estas son las opciones de hosting más populares:
Hosting Compartido:
Esta es la opción más popular entre las empresas pequeñas y creadores de contenido con blogs personales. Con este tipo de alojamiento compartes un servidor con otros clientes, de ahí el nombre. De esta forma, varios clientes comparten los recursos del servidor, como el CPU, procesador, memoria RAM, etc.
Sus principales ventajas son el bajo costo y facilidad, ya que no se necesitan conocimientos técnicos para utilizarlo. La mayoría tienen un panel de control para los usuarios fácil de usar, pero el mantenimiento y la administración del servidor son realizados por el proveedor. Su principal desventaja es que se tiene poco o ningún control sobre la configuración y tienen menor velocidad de carga.
Hosting VPS (Servidor virtual privado)
Cuando contratas un servidor virtual privado, o VPS para abreviar, también estás compartiendo un servidor con otros usuarios. Sin embargo, en este caso tu servidor web te asigna una sección completamente separada en el servidor. Esto significa que obtienes un espacio del servidor dedicado y una cantidad exclusiva de recursos y memoria. Esta es la mejor opción para empresas medianas con un número alto de tráfico. En este caso la velocidad de carga no se ve afectada.
Algunas de sus ventajas son la estabilidad en los tiempos de carga y rendimiento, y que se pueden personalizar a las necesidades de cada cliente. El precio y la necesidad de conocimientos técnicos son dos de sus “contras” al considerar esta opción.
iCloud hosting o Alojamiento en la Nube
Este tipo de hosting distribuye sus funciones en varios servidores interconectados en la nube por lo que su sitio web no estará alojado en un solo servidor. Cuando uno de los servidores está ocupado o con algún problema, el tráfico se enruta automáticamente a otro servidor. Esto hace que el sitio web presente menos errores y tenga la mayor velocidad.
Una de sus características, que puede ser positiva o negativa, es que el pago es sobre la marcha. O sea que pagas por el espacio que usas (a medida que este aumenta) y no por medio de paquetes preestablecidos, como con los otros servidores.
Hosting con servidor dedicado
Con este tipo de obtienes tu propio servidor físico, dedicado exclusivamente para tu sitio. Estos dan la mayor flexibilidad sobre el manejo. Puedes configurar tu servidor como quieras, elegir el sistema operativo y el software que quieres utilizar, y configurar todo el entorno de hosting según tus propias necesidades.
Además de total control de la configuración, también tiene la mayor seguridad de todos los mencionados. Por esto también es el más costoso y se recomienda para las empresas de mayor tamaño o las que se dedican al comercio electrónico o e-commerce.
Al momento de crear un sitio web, pensar en el tipo de hosting que mejor te funciona es clave, al igual que obtener un nombre de dominio que represente a tu marca. Únete a nuestra comunidad y aprende más sobre cómo tener una página web exitosa.
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